Hoy cuando llegué del trabajo, me encontré con la sorpresa de que 5 de mis sobrinos estaban en casa. Como siempre, corrían por todas partes haciendo todo el alboroto del mundo, yo por mi parte, los besé y me fui a mi cuarto.
Al rato escuché un golpe, seguido de llanto y gritos (cosa dem normal cuando se juntan ese montón de mocosos) seguí el escandalo, hasta que llegué al corredor de la casa, estaba mi Chinita (María Celeste) tirada en el suelo y los otros intentaban ayudarla, pero ella no los dejó, gritaba
- quiero a mi tía!!!, quiero a mi tía!!!- una y otra vez, mientras lloraba... yo la levanté , la abracé, le limpie las lágrimas y le di un beso. Me miró y entre lágrimas me dijo que debía decirle las palabras "mágicas"
( que tonta que soy, yo inventé el ritual y no lo estaba siguiendo...)
- sana, sana, colita de rana, si no sana hoy sanará mañana- seguido obviamente de un beso en la herida correspondiente...
Ella escuchó mis palabras, y de verdad me encantó su inocencia, porque en el momento en el que le di el beso dejó de llorar, me dijo0- gracias tía te quiero mucho...
(Debo decir que me sentí como de 3 metros de altura??? )
- tía yo quiero estar con usted- la abracé y se acomodó entre mis brazos, como solo ella sabe hacerlo.
Como es normal en mi , esta escena me transportó a otro lugar, me hizo recordar cuando estaba peque. Que fácil era todo, mis problemas se esfumaban cuando pipapá me tomaba con sus manotas y me abrazaba, entre sus brazos yo estaba mas que segura, todo iba a estar bien, a fin de cuentas, estaba con mi caballero de brillante armadura no???
Las cosas cambian, y ahora soy yo la que le arreglo el mundo a mi chinis con un beso. Que bueno sería poder olvidar todo lo malo con solo un abrazo, sería genial sanar un corazón, con un simple -sana, sana- y un beso, más aun, me encantaría volver a los brazos de pipapá simplemente para sentir que todo lo demás no importa...
En fin... todo esto me hizo pensar un
montón, aveces no creo que yo sea alguien realmente importante, pero hoy lo fui todo para ella... quien sabe, en la de menos, me tomo tanto rato para lamentar lo que no tengo, que aveces olvido mirar lo que siempre ha estado
ahí...
(por si no lo notaron, ese fue un pequeño destello de optimismo, en la de menos no sea tan malo
después de todo...)